viernes, 30 de mayo de 2008

Entrevista a Nemesio Frías Palanco, misionero en Zimbawe


"Todo lo que se envía llega, doy las gracias a los que están ayudando"


El sacerdote Nemesio Frías Palanco, natural de Hornachos, decidió hace nueve años marchar de misión a Zimbawe (África), a la diócesis de Dandanda, allí lleva a cabo una labor evangelizadora y social en 27 comunidades. Durante estos días se encuentra en nuestra diócesis, tras tres años sin venir, y nos cuenta cuál es la situación en este país africano.

P. ¿Cómo es la zona donde desarrollas tu labor ?
R. Nosotros trabajamos a nivel de comunidades, que son extensas y rurales. La gente que se agrupa recorre entre 5 y 8 kilómetros cada domingo para juntarse en una comunidad, con unos líderes -presidente y secretario-, con catequistas y gente que están dentro de la vida de la Iglesia. Nosotros estamos en 27 comunidades, las más lejanas a 98 kilómetros en coche. No tenemos carreteras, ni teléfono, ni luz eléctrica. Tan sólo en el centro de la misión, donde tenemos la casa, tenemos unos paneles solares. Pero en el terreno en el que vivimos no hay lo que aquí es normal.
Donde estamos nosotros la gente vive con una economía de subsistencia. Tienen su ganado -vacas, ovejas, cabras y gallinas- y viven del campo, plantan maíz, mijo,básicamente para la subsistencia. Venden lo que tienen y de ahí sacan para comprar algo de ropa o si tienen que ir a la ciudad a comprar otra cosa.
El territorio donde nos encontramos cuenta con 20 escuelas primarias, 2 de secundaria y 2 clínicas. Pero cuando hablamos de estos centros, no tienen nada que ver con los que existen en nuestro país.

P.- ¿Cómo afecta a la misión la crisis que atraviesa Zimbawe?
R. Muchísimo. Lo primero es que la gente no tiene dinero. Siempre ha sido más o menos así, pero en los últimos años ha ido a peor, y ahora en la actualidad, cuando llegas a una tienda lo que se ve son estanterías vacías, y eso es porque no hay dinero y no hay posibilidades de acceder a esos bienes. Toda esta situación, que viene por temas políticos, ha ido haciendo que la gente no tenga poder adquisitivo. La gente no puede comprar, no puede viajar, no tiene acceso a medicinas ­porque, en muchas ocasiones, no las hay- muchos niños no van a la escuela porque no pueden pagar un euro al trimestre o no pueden pagar 1,50 euros para los libros y un bolígrafo.
Describir la situación actual es darnos cuenta de que no puedes hacer lo que te gustaría con la gente porque han perdido la esperanza, se han echado atrás en cosas que antes las venían normales. Para moverse se necesita muchísimo y están con pocas fuerzas físicas. Incluso se están buscando la vida y emigran. Diariamente se van jóvenes buscando la vida a Sudáfrica, saltando el charco, como otros lo hacen mirando a España o Europa en patera.
Todo esto afecta mucho a la vida de la misión. Se han ido catequistas, líderes y gente joven. En el campo se quedan los mayores y los niños, muchos de ellos huérfanos y pobres.

P. Para ayudarte en tu tarea se creó una asociación en Hornachos que se llama "Amigos de Nemesio".
R. Esta asociación nació después de un viaje de mis padres a Zimbawe, que encontró un gran eco en Hornachos. Desde aquel momento, hace 4 años, se crea esta ONG que tiene más de 1.300 socios. La ayuda se canaliza a través de esta asociación, otras personas te dan dinero o te dicen "rezo por ti".
Todo lo que se envía llega y uno lo siente y da las gracias a todos los que están ayudando de diferentes maneras, desde la diócesis, como nuestro Arzobispo que sigue animando la misión en Zimbawe, hasta el último que se ha apuntado en la asociación.
De esta asociación salió la solicitud, a la Junta de Extremadura, de un coche que me llegó a Zimbawe y con el que hemos salvado varias vidas, al permitirnos llevar a la gente, sobre todo mujeres embarazadas, al hospital más cercano.

José Carrasco
(Iglesia en Camino)

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