OMPRESS-ROMA (1-07-15) Para que, ante las
desigualdades sociales, los cristianos de América Latina den testimonio de amor
a los pobres y contribuyan a una sociedad más fraterna, es la intención misionera
o por la evangelización que propone el Papa Francisco para el mes de julio.
Precisamente en estos días de julio tendrá
lugar la visita del Papa a Ecuador, Bolivia y Paraguay, a cuya población
enviaba un vídeo mensaje con un saludo lleno de cariño antes de pisar de nuevo
su querida tierra americana:
“Queridos hermanos y hermanas de Ecuador,
Bolivia y Paraguay: Falta poco para el viaje. Con este saludo previo quisiera
expresar mi cercanía, mi simpatía, mi buena voluntad. Mi deseo es estar con
ustedes, compartir sus preocupaciones, manifestarles mi afecto y cercanía y
alegrarme con ustedes también.
Quiero ser testigo de esta alegría del
Evangelio y llevarles la ternura y la caricia de Dios, nuestro Padre,
especialmente a sus hijos más necesitados, a los ancianos, a los enfermos, a
los encarcelados, a los pobres, a los que son víctimas de esta cultura del
descarte. El amor del Padre tan misericordioso nos permite sin medida descubrir
el rostro de su Hijo Jesús en cada hermano, en cada hermana nuestra, en el
prójimo. Solamente es necesario aproximarse, hacerse prójimo. Como Jesús le
dijo a aquel joven doctor de la ley cuando le preguntó: ¿Quién es mi prójimo?
Hacer lo que hizo el buen samaritano, andar y hacer lo mismo, acercarte, no
pases de largo.
En este viaje visitaré tres naciones
hermanas en esas tierras del Continente americano. La fe que todos nosotros
compartimos es fuente de fraternidad y solidaridad, construye pueblos, forma
familia de familias, fomenta la concordia y alienta el deseo y el compromiso
por la paz.
En estos días previos a nuestro encuentro,
doy gracias a Dios por ustedes, y pido que sean perseverantes en la fe, que
tengan el fuego del amor, de la caridad y que se mantengan firmes en la
esperanza que nunca defrauda. Les ruego que unan sus oraciones a las mías para
que el anuncio del Evangelio llegue a las periferias más alejadas y siga
haciendo que los valores del Reino de Dios sean fermento de la tierra también
en nuestros días.
Que la Virgen Santa los cuide, como Madre
de América, los cuide y que el Señor los bendiga. Muchas gracias, hasta
prontito y, por favor, no se olviden de rezar por mí”.
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