Carlos Halcón es la sencillez en persona. Nacido en Badajoz hace 65 años, su infancia fue de lo más entretenida. Vivir en un hogar con otros 16 hermanos lo enseñó a compartir todo, una forma de entender la vida que le animó a 'enrolarse' en la congregación de los Misioneros Claretianos. En 1971 lo enviaron a la zona más remota de los Andes argentinos y desde entonces no se ha cansado de ayudar a los más pobres. Ahora trabaja en La Quiaca, una población de 14.000 habitantes con 1.000 familias en la indigencia. Su testimonio podrá escucharse hoy en el colegio Nuestra Señora del Carmen de Puebla de la Calzada, donde se celebrará, a partir de las 11.30 de la mañana, un encuentro misionero abierto a los extremeños.
(Leer la entrevista en el diario HOY. Pincha akí)
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