En un templo abarrotado de fieles, Monseñor Emiliano Cisneros, Obispo de Chachapoyas, presidió la celebración eucarística, en la que participaron casi todos los sacerdotes diocesanos que se encuentran en aquella zona.
Tras la Eucaristía se celebró un homenaje en el que instituciones municipales, educativas, laborales y el pueblo en general, expresaron su gran cariño a Antonio y su agradecimiento por la tarea pastoral y social realizada.
Además, Monseñor Cisneros invitó en el obispado a todos los sacerdotes de la diócesis a una cena de despedida de Antonio y al día siguiente, en la Misa Crismal, también tuvo palabras emocionadas para él.
Su presencia generosa, su entrega sin desmayo, su cercanía afectiva y su madurez humana y cristiana han dejado una huella imborrable en sus dos parroquias de Leymebamba y Mendoza y en sus compañeros, que se sienten privilegiados de haber estado “cerca” de él, a pesar de las distancias, y enriquecerse de su amistad y sus grandes valores.
(de Iglesia en camino)
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