jueves, 4 de marzo de 2010

Escrito de nuestro Arzobispo en el Día de Hispanoamérica

Unidos a Hispanoamérica

Mensaje del Arzobispo de Mérida-Badajoz con motivo del Día de Hispanoamérica


"Es una satisfacción para mí, que con mucho gusto comparto con vosotros, queridos feligreses de esta querida Archidiócesis, dirigirme a los lectores de Iglesia en camino con motivo del Día de Hispanoamérica.
Nuestra Iglesia particular tiene, como otras Diócesis de España, una fuerte relación con los pueblos de América. En aquellas tierras ejercen el ministerio sacerdotal 15 sacerdotes, colaborando a la Evangelización en Perú, Argentina, Puerto Rico y Costa Rica.
El Día de Hispanoamérica es, pues, de algún modo también, el día de nuestra Archidiócesis, que vibra con nuestros misioneros, compartiendo la fe y el celo apostólico con los obispos, presbíteros, religiosos y seglares, cuya ilusión y tiempo entregan al servicio del Evangelio en aquellos países.
Este día, eminentemente misionero, nos hace recordar también a nuestros sacerdotes y religiosos presentes en los pueblos africanos, donde dedican su vida entera a proclamar la esperanza que Cristo siembra y anima en los que creen en su palabra y en su obra salvadora. Pero a ellos dedicaremos especial atención en otra Jornada.
Una diócesis que no mantiene viva su inquietud misionera, no acaba de vivir íntegramente su identidad eclesial. La Iglesia universal, y cada diócesis como Iglesia particular que la hace presente en los distintos lugares, ha de procurar que los fieles despierten y mantengan la conciencia de que las necesidades de los otros pueblos son también responsabilidad propia. Ésa es la consecuencia de la fraternidad que brota del Bautismo por el que somos hechos todos hijos adoptivos del mismo Padre Dios.
Para cumplir con este deber de solicitud apostólica, necesitamos cultivar las vocaciones misioneras en los sacerdotes, religiosos y laicos. A esta causa todos podemos contribuir de diversos modos. El principal es la oración en la que debemos unirnos en este día de un modo especial.
Tengamos presente en la oración durante esta Jornada las necesidades de los sacerdotes, religiosos y laicos diocesanos que ejercen su ministerio en Hispanoamérica. Oremos para que el Señor bendiga sus esfuerzos y su trabajo al servicio de la Iglesia en aquellos pueblos hermanos.
Que la celebración de este Día Misionero despierte en todos nosotros la conciencia de nuestro deber apostólico allá donde cada uno se encuentre. Nuestra dedicación eclesial potencia la acción evangelizadora de la Iglesia.
Demos gracias a Dios que se fía de nosotros y nos llama a compartir con Él la preciosa tarea de dar testimonio del amor de Dios y de la fraternidad humana fundada en el don de la fe y de la gracia que recibimos en el bautismo".

Santiago García Aracil.
Arzobispo de Mérida-Badajoz

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