lunes, 21 de febrero de 2011

Desde Medellín, Colombia, un recuerdo para el Día del Misionero Extremeño

OMPRESS-BADAJOZ (21-2-11) El misionero extremeño José Miguel Caballero Hierro, hermano marista escribe desde Colombia a la Delegación de Misiones de Badajoz, con motivo del Día del misionero extremeño.
Queridos amigos y amigas de Extremadura: No puedo dejar pasar este día tan señalado del Misionero Extremeño sin hacerme presente en la distancia. Este año se que os reuniréis en la hermana diócesis de Plasencia al amparo de la Virgen del Puerto. Para mí, como marista, es una gran alegría por la figura de María en torno a la cual os vais a encontrar.
Cada vez más voy descubriendo a María como una mujer de fe que tuvo que hacer un itinerario de crecimiento, encarnando su compromiso en la vida para seguir a Jesús. Me gusta verla hoy como nuestra Hermana en la fe y la discípula de Jesús.
Como marista quiero ser esto, ante todo, y vivirlo junto a mis hermanos, los laicos y laicas maristas que también vibran por este sueño tan evangélico a favor de los niños y jóvenes más pobres, que desarrolló Marcelino Champagnat, nuestro fundador.
Por eso sigo aquí, en Colombia hoy por hoy; mañana, Dios dirá. Como la mujer del sí, voy sintiendo la llamada a “estar disponible” para ir deprisa a las nuevas tierras a las que sea necesario poner rumbo.
Cada vez que voy por Calzadilla, Cáceres, el pueblo de mis padres y el mío, me siento estimulado por el testimonio cristiano de las personas que se van comprometiendo de manera sencilla y generosa, de mil maneras, con el Proyecto de Jesús. Gracias a todos y todas vosotros/as porque me regreso –como este año lo hice en enero tras pasar las navidades juntos en el pueblo- con deseos mayores de vivir mi sí con mayor entrega. Por cierto, os comparto la alegría de que el 8 de junio de este año cumplo ya 25 años de Vida Religiosa… Son las de “plata”, ¿verdad?... Pues salud y adelante.
Este año me vine con este impulso también… Y, aunque ahora la misión encomendada por mis superiores es aquí en Medellín, en el Noviciado, donde ayudamos a otros jóvenes a ser maristas, la inquietud por los más pobres y por los jóvenes tratamos de concretarla en gestos solidarios, como María… sin hacer mucho ruido.
Pude estar una vez más, a la semana de regresar de Calzadilla, en Manantiales, el nuevo barrio de invasión que se está formando al norte de la ciudad: familias enteras desplazadas por la violencia en el campo, con lo puesto, para echar suerte en la ciudad… ¡Nada fácil! Algunas fotos os mando de ahí y del Barrio Santo Domingo, donde tenemos otra comunidad. Gracias a Cáritas y a tantas personas queridas del pueblo que –sin pedirlo- expresaron su solidaridad con los 3.000 euros que en poco tiempo me hicieron llegar cuando estuve entre vosotros.
Como siempre, tendréis noticias de en qué se invirtió todo. Creo firmemente que para todos los misioneros y misioneras, evangelizar pasa por promover y defender una vida digna para todos y todas y, entre ellos, la de los más vulnerables. Esto en Colombia es una urgencia: la fidelidad a Jesús, descubrimos que pasa por la opción por ellos y ellas.
Bueno, ya acabo. Y os quiero compartir el coro de una canción que ahora me está inspirando mucho y que le compartí a Julián Carlos, mi párroco en Calzadilla. Dice así:
DAME, SEÑOR TU MIRADA, GRÁBALA EN EL CORAZÓN.
DONDE TU AMOR ES AMANTE, TU PASO CONSTANTE, TU GESTO CREADOR.
Cada día, junto a la Palabra del Jesús, la voy rumiando… por ahora, me suena muy fuerte eso de “… donde tu paso es constante…” Es imposible cerrar los ojos y no ver al Señor: tanto en los brazos solidarios de muchas personas a mi alrededor, en los deseos de nuestros novicios de comprometer su vida con los más sencillos, como en el “grito” de los niños y niñas de nuestro barrio.
Que todos podamos hacer la experiencia del Dios-amor cercano a nosotros. Un abrazo. Buen día de encuentro y que no os llueva…

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