lunes, 16 de mayo de 2011

Benedicto XVI a la Asamblea General de las OMP: “Os agradezco el trabajo de animación y formación misionera”


OMPRESS-ROMA (16-5-11) En la Sala Clementina del Vaticano, Benedicto XVI se encontró con los 110 participantes en la Asamblea General de las Obras Misionales Pontificias reunida del 9 al 14 de mayo.
En dicha Asamblea participaron además de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, representada por su nuevo Prefecto, Mons. Fernando Filoni, los Secretarios generales de las Obras y los directores nacionales provenientes de todos los continentes.
El Papa agradeció a los presentes, sobre todo al recién nombrado prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, Mons. Filoni, y al cardenal Iván Días, el Prefecto saliente del mismo dicasterio; a Mons. Giuseppe Vacchelli, Presidente de las Obras Misionales Pontificias, así como a los colaboradores de la congregación y a los directores nacionales de las mismas Obras Misionales.
Recordó a los participantes en la Asamblea que es necesario lanzar las redes del Evangelio en el mar de la historia para conducir a los hombres hacia la tierra de Dios. “En realidad cada cristiano debería hacer propia la urgencia de trabajar por le edificación del Reino de Dios. Todo en la Iglesia está al servicio de la evangelización: cada sector de su actividad y también cada persona, en las varias tareas que está llamada a realizar. Todos deben ser partícipes de la misión ad gentes: obispos, presbíteros, religiosos y religiosas, laicos.”
El Santo Padre se refirió a lo fascinante y exigente que es el ministerio de la evangelización, que requiere del amor por el anuncio y el testimonio; un amor total que puede verse marcado hasta por el martirio. “La Iglesia no puede fallar en su misión de llevar la luz de Cristo, de proclamar el feliz anuncio del Evangelio, incluso si ello comporta la persecución”. Los cristianos – añadió el Papa – no deben sentir temor, aunque sean actualmente el grupo religioso que sufre el mayor número de persecuciones a causa de la propia fe.
“Queridos amigos, os agradezco el trabajo de animación y formación misionera que como directores nacionales de las Obras Misionales Pontificias, desarrolláis en vuestras Iglesias locales. Las Obras Misionales Pontificias que mis Predecesores y el Concilio Vaticano II han promovido y alentado permanecen como un instrumento privilegiado para la cooperación misionera y para un provechoso intercambio de personal y de recursos económicos entre las Iglesias.”
“Vuestra obra es preciosa para la edificación de la Iglesia, destinada a ser la ‘casa común’ de toda la humanidad” les dijo textualmente. E invocó al Espíritu Santo –protagonista de la Misión- para que los guíe y los sostenga siempre, con la intercesión de María, Estrella de la Evangelización y Reina de los Apóstoles.

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