miércoles, 16 de octubre de 2013

Timoteo Lehane, secretario general de la Obra Pontificia de Propagación de la Fe, en la rueda de prensa de presentación del Domund

OMPRESS-MADRID (10-10-13) Timoteo Lehane, secretario general de la Obra Pontificia de Propagación de la Fe, junto a Anastasio Gil García, director nacional de Obras Misionales Pontificias, presentaron ayer, en la Asociación de la Prensa de Madrid, la jornada del Domund 2013, que este año se celebra bajo el lema “Fe + Caridad = Misión”.
El padre Lehane, responsable internacional de la institución que organiza el Domund, hizo una panorámica de las ayudas enviadas a las misiones, fruto de la generosidad de los fieles. También se refirió al Papa Francisco como un ejemplo de tantos misioneros que, desde el silencio, están acompañando a todos los pueblos.
“El año pasado nadie conocía a Bergoglio, y hoy nos emociona a todos”, dijo Timoteo Lehane en la rueda de prensa. “El Papa es un ejemplo de tantísimos misioneros que no conoce nadie, pero que están besando los pies del mundo”, explicó Lehane, haciendo referencia al cartel del Domund de este año, que recoge la imagen del Papa Francisco besando el pie de un joven el Jueves Santo.

El secretario general de la Propagación de la Fe reconoció que las aportaciones mundiales de los fieles han descendido en los últimos años en 36 millones de dólares, y explicó que las peticiones de ayuda siguen aumentando. Desde la Secretaría, que recibe las peticiones de ayuda y gestiona el dinero recogido en el Domund en todo el mundo, tienen que decir que no a muchos proyectos. “Muchas veces no podemos ayudar como quisiéramos”, señaló Lehane. Aseguró que el dinero llega: “Nosotros garantizamos que el céntimo que dona un niño en una hucha llega para comprar ladrillos en Madagascar”. Asimismo, subrayó la importancia de la oración por los misioneros como forma de cooperación.
El padre Lehane conoce de cerca la misión y las necesidades que tienen los misioneros, ya que antes de ser secretario general estuvo 25 años en Ecuador. “Recuerdo que viví la muerte de cinco niños en un día por un ataque de gastroenteritis. No tenía ni cinco euros para darles leche, sólo podía llorar con ellos”. Recordó que en todas las partes del mundo hay misioneros que comienzan su jornada rezando, y que están antes, mientras y después de las catástrofes, como el terremoto de Haití. Explicó que, aunque la media de edad de los misioneros españoles es de 71 años, tienen mucho que decir a los jóvenes, que están esperando ansiosamente ejemplos como los del Papa Francisco.
Timoteo Lehane explicó que las aportaciones de Europa y América del Norte han disminuido; sin embargo, los países de  África, Asia, Oceanía y América del Sur van siendo cada vez más generosos, dentro de sus posibilidades. Con el dinero recaudado se financian proyectos de evangelización y de apoyo a los misioneros, que están en todas las circunstancias con el pueblo. Todos estos proyectos están documentados y se pide un informe con fotografías de su evolución histórica, tal como mostró Lehane detalladamente.

El secretario general de la Propagación de la Fe agradeció al pueblo español su generosidad, que se plasma en una aportación de 145 millones de dólares desde 2008, y en su amplio envío de misioneros, más de 13.000. “España puede estar orgullosa de sus misioneros”, afirmó, e hizo referencia a los grandes santos y misioneros de la historia de nuestro país. Lehane subrayó que todos podemos ser Domund, haciendo referencia a la iniciativa lanzada por Obras Misionales Pontificias España #YoSoyDomund. “Allí donde haya una persona que quiera cambiar el mundo, hay un misionero”, señaló Timoteo Lehane.

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