Hemos celebrado en el Lago de Proserpina, en Mérida, la clausura del curso del Grupo de Formación de Animadores Misioneros de la diócesis. Y lo hacíamos comenzando a media mañana con una oración de acción de gracias a Dios por los beneficios recibidos a lo largo del año, donde cada miembro ha compartido sus inquietudes y vivencias de manera amena y enriquecedora.
Después compartimos la "mesa" y los alimentos junto al lago... en una fraternal convivencia, donde ya empezamos a organizar el próximo curso con interés.
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